Los principales sectores de Indonesia a tener en cuenta en 2023

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Los inversores extranjeros deben tener en cuenta los sectores clave en los que se espera que aumente el crecimiento en Indonesia en 2023.

Estos son los principales sectores a tener en cuenta, como la minería, la sanidad y las infraestructuras.

El banco central de Indonesia, Bank Indonesia, prevé que la economía del país crezca entre un 4,5 y un 5,3 por ciento en 2023 -una de las más altas entre los miembros del G20- y se apoyará en varios sectores importantes, como las materias primas, el desarrollo de infraestructuras, el turismo y la fabricación de productos de alto valor, como las baterías para vehículos eléctricos.

El PIB se aceleró hasta el 5,31% en 2022, con lo que la mayor economía del Sudeste Asiático recuperó el crecimiento anterior a la pandemia. El ritmo de crecimiento en 2022 se vio respaldado en gran medida por el gran consumo interno de Indonesia y reforzado aún más por la exportación de materias primas, ya que los precios mundiales de los envíos clave, como el carbón, el aceite de palma y el hierro, repuntaron al alza.

De este modo, Indonesia experimentó un gran avance en 2022 y registró unos 43.000 millones de dólares en IED, la cifra más alta de la historia del país.

La máxima prioridad del Gobierno indonesio para 2023 será mantener la inflación en el 3%. Además, el debilitamiento de la actividad económica mundial y la ralentización de los precios de las materias primas podrían afectar al PIB este año. Sin embargo, la demanda externa de materias primas y el consumo interno contenido seguirán siendo la espina dorsal del crecimiento en 2023.

Minería downstream

Indonesia, la mayor economía del Sudeste Asiático, ha disfrutado de un auge de las exportaciones gracias a la subida de los precios de las materias primas provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Como tal, las exportaciones de materias primas de Indonesia seguirán siendo una columna vertebral para la economía en 2023.

En 2014, el gobierno indonesio empezó a prohibir la exportación de minerales en bruto para fomentar las inversiones extranjeras en el sector minero y el desarrollo de fundiciones locales, además de impulsar las exportaciones de materias primas procesadas de mayor valor y aumentar los ingresos públicos. Para 2023, el país tiene previsto ampliar la prohibición de exportar minerales en bruto para incluir la bauxita.

Indonesia posee una gran variedad de yacimientos minerales no explorados y es el mayor exportador mundial de estaño, aceite de palma y carbón térmico, así como un importante exportador de níquel, cobre, bauxita, caucho, manganeso, zinc y plomo, entre otros recursos. La minería representa aproximadamente más de una décima parte del PIB de Indonesia y ha sido esencial para su crecimiento económico.

El país también alberga la mina de Grasberg -una de las mayores minas de oro y la tercera de cobre del mundo-, cuyas reservas se estiman en 275.000 millones de onzas de cobre y 14,2 millones de onzas troy de oro.

Níquel

Indonesia anunció la prohibición de exportar minerales de níquel en 2019 e introdujo el requisito de que los mineros de níquel procesen o purifiquen el níquel en bruto en Indonesia antes de exportarlo. El país alberga las mayores reservas de níquel del mundo y su prohibición provocó importantes cambios en las cadenas de suministro de los fabricantes de vehículos eléctricos y los productores de acero inoxidable. El níquel es uno de los principales componentes de las baterías de los vehículos eléctricos y del acero inoxidable.

Las exportaciones indonesias de níquel procesado han pasado de 1.000 millones de dólares en 2015 a 30.000 millones en 2022, y se espera que el país represente la mitad del aumento de la producción mundial de níquel hasta 2025.

La prohibición de los minerales de níquel llevó a la Unión Europea a presentar una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2019, alegando que la prohibición de Indonesia perjudicaba injustamente a la industria del acero inoxidable de la UE. En noviembre de 2022, la OMC falló a favor de la UE, alegando que la prohibición de Yakarta no se ajustaba a las normas comerciales mundiales. Indonesia ha recurrido la sentencia.

La sentencia de la OMC supone un desafío directo al deseo de Indonesia de garantizar que sus materias primas minerales se procesen en el país. El Gobierno no ha anunciado su próxima estrategia si pierde el recurso, pero no ha descartado aplicar un fuerte impuesto a las exportaciones de níquel en bruto como una de las iniciativas.

Cadena de suministro de baterías para vehículos eléctricos

Las reservas de níquel de Indonesia hacen que el país sea indispensable para la industria mundial del vehículo eléctrico, que aspira a convertirse en un centro mundial del sector. Según Luhut Binsar Pandjaitan, Ministro Coordinador de Asuntos Marítimos e Inversiones del país, los fabricantes mundiales de vehículos eléctricos, entre ellos Tesla (EE.UU.) y BYD (China), están ultimando acuerdos para invertir en Indonesia. Indonesia aspira a convertirse en uno de los tres mayores productores de baterías para vehículos eléctricos del mundo en 2027.

Además, para complementar su industria de baterías de níquel, el país también está desarrollando refinerías de litio e instalaciones de producción de material anódico.

Con sus 278 millones de habitantes, Indonesia también presenta oportunidades para la venta de vehículos eléctricos, desde motocicletas hasta automóviles. Entre los formidables retos y oportunidades para los inversores figuran la asequibilidad para el consumidor y la falta de infraestructuras públicas de recarga. El Gobierno tiene el ambicioso objetivo de contar con 2,5 millones de usuarios de VE en 2025.

Carbón 

Indonesia es el tercer exportador mundial de carbón, por detrás de China e India, y el mayor exportador mundial de carbón térmico. Indonesia produjo 687 millones de toneladas de carbón en 2022, de las cuales 494 millones se exportaron y el resto se destinó al consumo nacional. Las exportaciones de carbón reportan al país unos 3.000 millones de dólares al mes; China, India, Corea del Sur y Japón representan el 70% de las exportaciones. Vietnam y Filipinas son mercados de exportación crecientes para el carbón indonesio.

El Gobierno dejó el mercado del carbón térmico en una situación inestable en enero de 2022, cuando prohibió las exportaciones para satisfacer la demanda interna. Se calcula que la prohibición desplazó el 4% de la oferta marítima mundial, es decir, 36 millones de toneladas de carbón.

Para 2023, el país se ha fijado como objetivo una cifra récord de exportaciones de 518 millones de toneladas y una producción de 695 millones de toneladas.

Al igual que con otras materias primas, el gobierno está ansioso por desarrollar la industria del carbón de Indonesia, concretamente en torno a los siete subsectores siguientes:

  1. Licuefacción del carbón;
  2. Mejora de la calidad del carbón;
  3. Gasificación del carbón;
  4. Fabricación de coque;
  5. Gasificación subterránea del carbón;
  6. Fabricación de briquetas;
  7. Producción de mezclas de carbón y agua.

Esta estrategia necesitará una inmensa inversión extranjera, sobre todo en infraestructuras y tecnología.

Infraestructuras

El desarrollo de infraestructuras ha sido la piedra angular del gobierno del Presidente Joko Widodo durante la mayor parte de la última década. Durante sus ocho años de mandato, su gobierno ha construido 1.700 km de autopistas, más de 4.000 km de carreteras no viarias, 30 embalses, 18 puertos y 21 aeropuertos, la mayoría de ellos fuera de la isla de Java. Para ponerlo en perspectiva, Indonesia sólo había tenido 780 km de autopista en los últimos 40 años.

Entre 2019 y 2024, Indonesia necesitará más de 400.000 millones de dólares para inversiones en infraestructuras. Concretamente para 2023, el gobierno ha reservado 25.000 millones de dólares en el presupuesto nacional para infraestructuras.

Como tal, Indonesia está impulsando la participación privada en su desarrollo de infraestructuras a través de iniciativas de asociación público-privada (APP). También hay oportunidades para proyectos energéticos y de infraestructuras a pequeña y gran escala en las regiones orientales de Indonesia, que son las que más carecen de conectividad y en las que el gobierno se está centrando cada vez más (Java constituye actualmente el 60% del PIB total y el 60% de la población).

Sanidad y farmacia

Dado el gran tamaño de su mercado, el sector sanitario de Indonesia presenta una lucrativa oportunidad para los inversores extranjeros.

El gasto anual del Gobierno en sanidad se ha disparado desde la implantación del programa de sanidad universal (BPJS) en 2014, que ahora se ha convertido en el mayor del mundo, con una cobertura de unos 240 millones de personas. Todos los ciudadanos y expatriados están obligados a afiliarse, y las empresas deben inscribir a sus empleados en el programa, pagando un porcentaje de las primas.

El aumento del gasto en sanidad repercutirá en importantes subsectores, como la industria de dispositivos médicos, valorada en 4.500 millones de dólares en 2019. La mayor parte, 2.800 millones de dólares, procedía de las importaciones. Indonesia importa principalmente instrumentos médicos sofisticados, como escáneres PET-CT y equipos de UCI, y exporta equipos de baja tecnología, como guantes y jeringas.

La industria farmacéutica está dominada por los medicamentos genéricos (70%) y el resto por los de venta libre. El programa BPJS ha impulsado las ventas de medicamentos genéricos en el país, valoradas en más de 700 millones de dólares.

Turismo

Indonesia se ha fijado el ambicioso objetivo de alcanzar los 7,4 millones de turistas en 2023, generando unos 5.000 millones de dólares para el país. Esta cifra aún no alcanza los niveles anteriores a la pandemia, de 16 millones de visitantes extranjeros.

A pesar de que todos los países han levantado sus políticas de viajes COVID-19, la amenaza de una recesión global, las altas tarifas aéreas y la inflación están impactando en el comportamiento del gasto de los consumidores.

El Ministerio de Turismo del país ha abierto el sector a la inversión extranjera para desarrollar proyectos turísticos sostenibles, cinco destinos turísticos prioritarios y ocho zonas económicas especiales dedicadas al turismo. El ministerio también destacó que estas oportunidades estaban valoradas en 1.500 millones de dólares en total y crearían 1,5 millones de nuevos puestos de trabajo.